martes, 6 de noviembre de 2018

Sirio: la importante estrella de los egipcios



Sirio, o Sirius en su denominación latina, es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris, la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra.

Está situada en la constelación del Canis Maior y es 25 veces más brillante que el sol y dos veces más grande que este. Es especialmente visible en los meses invernales, muy cerca de la inconfundible constelación de Orión.

Esta estrella tan notable fue muy conocida por las civilizaciones antiguas, tales como Sumeria, Egipto, Grecia y Roma, en las cuales adoptó un papel de gran relevancia en la religión, mitología, astronomía y astrología.

Los antiguos egipcios llamaron a esta estrella Sotis o Sothis, y era considerada como anunciadora de la crecida del Nilo y por consiguiente, de una buena cosecha, episodio sumamente importante para la sociedad agrícola del momento. Su aparición estaba también vinculada con el periodo de verano y las epidemias causadas por el calor.

En la astronomía tuvo gran importancia, pues los egipcios basaban su calendario en el orto heliaco de Sirio, esto es, el primer día en que la estrella se hace visible por oriente en la madrugada justo antes del amanecer, y después de haberse alejado suficientemente del brillo del Sol. Su primera aparición marcaba el comienzo de un nuevo año, lo cual era altamente celebrado por la antigua civilización egipcia.

La ineludible relación entre Sirio y el calendario egipcio ha ocasionado que, con el tiempo, Sirio y el conocido Ciclo Sotíaco (también sotiaco, sothiaco o sótico) se hayan convertido también en un importante elemento que ayude a determinar con mayor exactitud la cronología del Antiguo Egipto.

El Ciclo Sotíaco o Período Canicular, es el periodo de 1460 años de 365 días exactos cada uno en los que el orto heliaco (o salida heliaca) de Sirio coincidía nuevamente con el inicio del  año nuevo. Esto se debía a que cada cuatro años el orto de Sirio se desplazaba un día en el calendario, es decir cuatro años por cada uno de los 365 días del año, volviendo a coincidir con el año nuevo teórico solo tras unos 1460 años.

Sotis además de haber sido una estrella muy significativa para los antiguos egipcios, estuvo estrechamente relacionada con la diosa Sopdet. Esta deidad era representada como una mujer que portaba la corona Blanca, una estrella, el uraeus y dos cuernos, o en ocasiones con dos plumas. También se la ha visto como un inmenso perro, símbolo de la constelación del Can Mayor.

Sopdet en jeroglíficos.

Sopdet fue la esposa de Hapy y madre de Sopdu. También era considerada como la madre y hermana del faraón, a quien conduce por los Campos del Aaru, para poder transformarse en una eterna estrella viviente en el Campo de las Ofrendas. A esta diosa se la solía representar en los techos astronómicos de las tumbas.

Representación de Sotis en el techo de la KV34, tumba del faraón Tutmosis III.


En la actualidad, la primera aparición de Sirio ya no ocurre en los periodos más calurosos, sino hasta principios de septiembre aproximadamente, sin embargo, la fecha en que esto ocurra depende de la latitud del lugar. Por ejemplo, en el Sur de la península Ibérica ocurre alrededor del 10 de agosto y en la ciudad egipcia de Luxor, alrededor del 31 de julio. Pero hace unos 4.000 años, este evento tenía lugar en Egipto cerca de la primera quincena de julio (en nuestro calendario gregoriano) ya que las fechas han sido modificadas debido a la oscilación del eje de rotación de nuestro planeta.

domingo, 19 de agosto de 2018

Clases Sociales en el Antiguo Egipto



En la imagen tenemos la organización piramidal de las clases sociales del antiguo Egipto. A continuación explicamos en orden de importancia cada uno de ellos:

1. Faraón: Era considerado como una representación del dios Horus, por lo que era venerado como tal, ya que se creía que tenía un origen divino. Era un monarca absoluto, con amplia formación intelectual. Controlaba además todos los poderes del Estado: el legislativo, el ejecutivo, el judicial y el religioso.

2. Nobles y Sacerdotes: La nobleza estaba conformada por aquellas personas que poseían títulos nobiliarios concedidos por el faraón o que habían heredado de sus antepasados. Por su parte, los sacerdotes conformaban una clase muy influyente en la política, caracterizándose por su gran sabiduría. Eran los encargados de la administración de los templos y la atención y culto a las divinidades.

3. Soldados y Altos Funcionarios: Los soldados tenían como misión la defensa y protección del Estado egipcio. Mientras que los altos funcionarios constituían el cuerpo administrativo del Estado, conformado en su mayoría por miembros de la nobleza con gran influencia política.

4. Escribas: Se caracterizaban por ser personas cultas, con alto grado de conocimiento de la escritura y cálculo. Su importancia radicaba en que eran los encargados de redactar las leyes, transcribir textos sagrados y todo tipo de escritos de carácter administrativo y comercial.

5. Comerciantes y Artesanos: Los comerciantes eran bien considerados dentro de la sociedad gracias al tráfico de importaciones y exportaciones que generaban. Respecto a los artesanos, realizaban trabajos de orfebrería, joyería, carpintería, pintura, escultura, entre otros.

6. Campesinos: Era considerada la clase más humilde, conformada por trabajadores del campo dedicados en su mayoría a la agricultura, especialmente de cereales. Eran personas libres, aunque algunos se encontraban al servicio de los templos o palacios.

7. Esclavos: En realidad preferiríamos utilizar el término "siervo" al de "esclavo", puesto que en el Antiguo Egipto estos individuos eran poseedores de derechos y salarios. Se les consideraba como personas, por ende, adquirieron también ciertos derechos legales. Los testimonios al respecto nos hacen pensar que la situación de los esclavos en Egipto fue considerablemente más humana que en la mayor parte de las culturas de la antigüedad. De hecho, la esclavitud propiamente dicha parece no haber tenido lugar; lo más cercano a ella fue el trato que recibieron algunos prisioneros de guerra, quienes eran obligados en ocasiones a realizar trabajos forzosos, sin embargo era una situación transitoria, puesto que su condición podía terminar al acabar el posible enfrentamiento de sus respectivos gobiernos.