Egipto, la tierra donde el río Nilo ha creado un valle extraordinariamente fértil. Su posición geográfica, al nordeste de África, le facilitaba a sus antiguos pobladores las relaciones comerciales con otras civilizaciones antiguas como Grecia, Libia, Líbano, Siria e Irán. Egipto además es la tierra de los grandes faraones, reyes que gobernaban de manera absoluta y a quienes el pueblo veneraba como a dioses, dándose así la forma de gobierno conocida como teocracia.
Es un país de historia milenaria, un país fantástico, de cultura asombrosa. Los primeros habitantes egipcios eran pueblos nómadas que vagaban en busca de agua y alimentos, luego, se fueron asentando en pequeños poblados ubicados a lo largo del Nilo, que les proporcionaba tierras fértiles. Por esto, desde sus orígenes Egipto se convirtió en un país agropecuario.
En el valle del Nilo se formó una de las civilizaciones más antiguas del mundo, cuyo período dinástico duró casi tres milenios, desde el 3.000 a.C aproximadamente. En el año 2.900 a.C ya existía en Egipto una familia gobernante, es decir una dinastía, pero el período predinástico se extendió entre los años 5.500 y 3.000 a.C.
Durante el período predinástico se fueron formando a las orillas del Nilo los "nomas" habitados por tribus. Progresivamente estas localidades fueron integrándose hasta formar dos reinos: el Bajo Egipto y el Alto Egipto. Se estima que hacia el año 3.100 a.C, un rey llamado Menes (o Narmer) fue el primer faraón del Antiguo Egipto, y quien además unificó los dos Egiptos (Alto y Bajo Egipto) y funda la Dinastía I.